Platón. República.

Platón
Síntesis de República

Libro I

Sócrates y Glaucón visitan el Pireo para asistir a un festival en honor de la diosa tracia Bendis (327a). Son invitados a la casa de Polemarco (328b). Sócrates le habla a Céfalo sobre la vejez, los beneficios de ser rico y la justicia (328e-331d). No parece correcto decir que es justo devolverle a un amigo loco las armas que nos ha confiado (331c), por ello la justicia no consiste meramente en ser veraz y devolver lo que se debe, como afirma Céfalo. Sigue la discusión entre Sócrates y Polemarco (331d-336b).

Para Polemarco la justicia es ayudar a los amigos y dañar a los enemigos, y esto es lo que uno debe a los demás (332c). Las objeciones de Sócrates a la definición de Polemarco son las siguientes: (i) ¿Es esto apropiado en medicina o en el arte culinario? Entonces, ¿en qué contexto sería apropiado? (332d)? (ii) El justo también será bueno en cosas inútiles y en ser injusto (333e). (iii) A menudo no sabemos quiénes son nuestros amigos y enemigos. Así, podríamos tratar bien o mal a aquellos que suponemos como amigos o enemigos. ¿Sería esto justicia? (334c). (iv) No parece justo tratar mal a nadie, ni siquiera a un enemigo (335b). Sigue la discusión entre Sócrates y Trasímaco (336b-354c).

Trasímaco define la justicia como el sacar ventaja, o como aquello que es beneficioso para el más fuerte (338c). La justicia es diferente bajo diferentes regímenes políticos, según las leyes, hechas para servir los intereses de los fuertes (la clase dominante en cada régimen, 338e-339a). Sócrates requiere una aclaración de la definición: ¿significa que la justicia es lo que los más fuertes piensan que es beneficioso para ellos o lo que realmente es beneficioso para ellos (339b)? ¿Y los gobernantes fuertes no cometen errores y, a veces, crean leyes que no les sirven (339c)? Para Trasímaco los más fuertes son en realidad sólo aquellos que no cometen errores en cuanto a lo que les conviene (340d). Sócrates responde con una discusión sobre el arte o la artesanía y señala que su objetivo es hacer lo que es bueno para sus destinatarios, no lo que es bueno para el artesano (341c). Trasímaco sugiere que algunos oficios, como el de pastor, no hacen esto, sino que buscan el beneficio del practicante (343c). También agrega la afirmación de que la injusticia es en todos los sentidos mejor que la justicia, y que la persona injusta que comete injusticia sin ser detectada siempre es más feliz que la persona justa (343e-344c). El paradigma del injusto feliz es el tirano, capaz de satisfacer todos sus deseos (344a-b). Sócrates señala que la preocupación del pastor por sus ovejas es diferente de su preocupación por ganar dinero, que es ajena al oficio (345c) y que ningún poder o arte proporciona lo que es beneficioso para sí mismo (346e). Sócrates afirma que los mejores gobernantes son reacios a gobernar pero lo hacen por necesidad: no desean ser gobernados por alguien inferior (347a-c).

Sócrates ofrece tres argumentos a favor de la vida justa sobre la vida injusta: (i) el hombre justo es sabio y bueno, y el hombre injusto es ignorante y malo (349b); (ii) la injusticia produce una falta de armonía intrínseca que impide actuar eficazmente (351b); (iii) la virtud es excelencia en la función de una cosa y la persona justa vive una vida más feliz que la persona injusta, ya que realiza bien las diversas funciones del alma humana (352d). Sócrates no está satisfecho con la discusión, ya que es necesaria una explicación adecuada de la justicia antes de que puedan abordar si la vida justa es mejor que la vida injusta (354b).

Libro II

Glaucón no está convencido por los argumentos de la discusión anterior (357a). Divide las cosas buenas en tres clases: las cosas buenas en sí mismas, las cosas buenas tanto en sí mismas como por sus consecuencias, y las cosas buenas sólo por sus consecuencias (357b-d). Sócrates sitúa la justicia en la clase de las cosas buenas en sí mismas y por sus consecuencias.

Glaucón renueva el argumento de Trasímaco para desafiar a Sócrates a defender la justicia por sí misma sin ninguna consideración de lo que proviene de ella (358b ss.). Glaucón da un discurso defendiendo la injusticia: (i) la justicia se origina como un compromiso entre personas débiles que temen que sufrir la injusticia sea peor que cometerla (358e-359a); (ii) las personas actúan con justicia porque esto es necesario e inevitable, por lo que la justicia es buena solo por sus consecuencias (historia del anillo del antepasado de Giges, 359c-360d); (iii) el injusto con fama de justo es más feliz que el justo con fama de injusto (360d-362c).

Adimanto amplía la defensa de la injusticia y el ataque a la justicia de Glaucón al afirmar: la reputación de la justicia es mejor que la justicia misma, por lo que la persona injusta que puede mantener la reputación de ser justo será más feliz que la persona justa; discusión de varias formas en que el injusto puede adquirir la reputación de justicia (362d-366d).

Se le pide a Sócrates que defienda la justicia por sí misma, no por la reputación que le otorga (367b). Propone buscar primero la justicia en la ciudad y luego proceder por analogía a encontrar la justicia en el individuo (368c-369a). Este enfoque permitirá un juicio más claro sobre la cuestión de si la persona justa es más feliz que la persona injusta. Sócrates comienza discutiendo los orígenes de la vida política y construye una ciudad justa en el discurso que satisface solo las necesidades humanas básicas (369b-372c). Sócrates argumenta que los humanos entran en la vida política ya que cada uno no es autosuficiente por naturaleza. Cada ser humano tiene ciertas habilidades naturales (370a) y hacer solo el único trabajo para el que es naturalmente apto es la forma más eficiente de satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos (370c). Glaucón objeta que la ciudad de Sócrates es demasiado simple y la llama “una ciudad de cerdos” (372d). Sócrates describe una ciudad que permite lujos ("una ciudad febril", 372e-373e). Sócrates señala que la lujosa ciudad requerirá un ejército para proteger la ciudad (373e). El ejército estará compuesto por soldados profesionales, los guardianes, que, como los perros, deben ser amables con los conciudadanos y duros con los enemigos (375c). Los guardianes deben ser educados con mucho cuidado para poder hacer bien su trabajo de proteger a los ciudadanos, las leyes y las costumbres de la ciudad (376d). La poesía y las historias deben ser censuradas para garantizar tal educación (377b). La poesía debería: (i) presentar a los dioses como buenos y sólo como causas del bien (379a); (ii) como inmutable en forma (380d); (iii) como seres que se abstienen de la mentira y el engaño (381e).


Libro V

Sócrates está a punto de embarcarse en una discusión de los regímenes políticos injustos y los correspondientes individuos injustos cuando es interrumpido por Adimanto y Polemarco (449a-b). Insisten en que debe abordar su comentario previo de que los guardianes poseerán en común las mujeres y los niños (449b-d). Sócrates acepta a regañadientes (450a-451b) y empieza con la sugerencia de que las mujeres guardianas deben realizar el mismo trabajo que los guardianes masculinos (451c-d). Algunos pueden atenerse a las costumbres y objetar que a las mujeres se les debe dar diferentes trabajos porque su naturaleza es diferente a la de los hombres (453a-c). Sócrates replica que las diferencias naturales entre hombres y mujeres no son relevantes cuando se trata del trabajo de proteger y gobernar la ciudad. Ambos sexos son naturalmente adecuados para ello (454d-
e). Sócrates argumenta, además, que el permitir a las mujeres realizar las mismas tareas que los hombres no solo es factible sino también mejor. Esto es así pues las personas más adecuadas para el trabajo lo realizarán (456c).

Sócrates también propone que no debería haber familias separadas entre los miembros de la clase guardiana: los guardianes tendrán a todas las mujeres y los niños en común (457c-d). Sócrates por qué es lo mejor y Glaucón le permite omitir la discusión acerca de la factibilidad de lo propuesto (458a-c). Los mejores guardianes deben tener relaciones sexuales con las mejores guardianas para producir descendencia de naturaleza similar (458d-459d). Sócrates describe el sistema de la eugenesia con más detalle. Para garantizar que los mejores guardianes tengan relaciones sexuales con las mejores guardianas, la ciudad tendrá festivales matrimoniales respaldados por un sistema de lotería amañado (459e-460a). A los mejores guardianes también se les permitirá tener relaciones sexuales con tantas mujeres como deseen para aumentar la probabilidad de dar a luz a niños de
naturaleza similar (460a-b). Una vez que nazcan, los niños serán llevados a un lugar de crianza para ser atendidos por nodrizas, y los padres no podrán saber quiénes son sus hijos (460c-d). Lo que se busca es que los padres piensen en todos los niños como sus propios hijos. Sócrates reconoce que este sistema dará como resultado que miembros de la misma familia tengan relaciones sexuales entre sí (461c-e).

Sócrates argumenta que tales arreglos fomentarán que la unidad se extienda por toda la ciudad (462a-465d). Respondiendo a la queja anterior de Adimanto de que los guardianes no serían felices, Sócrates replica que sí estarán felices con su forma de vida: tendrán sus necesidades satisfechas y recibirán suficientes honores de la ciudad (465d-e). Luego, Sócrates analiza cómo los guardianes conducirán la guerra (466e).

Glaucón lo interrumpe y exige una descripción que explique cómo podría surgir semejante ciudad justa (471c-e). Sócrates admite que esta crítica es la más difícil de abordar (472a). Luego explica que el modelo teórico de la ciudad justa que construyeron sigue siendo válido para discutir la justicia y la injusticia, incluso si no pueden probar que tal ciudad pueda llegar a existir (472b-473b).
Sócrates afirma que el modelo de la ciudad justa no puede surgir hasta que los filósofos gobiernen como reyes o los reyes se conviertan en filósofos (473c-d). También señala que ésta es la única vía posible para alcanzar la felicidad completa tanto en la vida pública como en la privada (473e). Sócrates señala que debe debatirse sobre la filosofía y los filósofos a los fines de justificar lo dicho (474b-c). Los filósofos aman y buscan la sabiduría en su totalidad (475b-c) y aman especialmente la visión de la verdad (475e). Los filósofos son los únicos que reconocen y encuentran placer en lo que está detrás de la multiplicidad de apariencias, a saber, la Forma única (476a-b). Sócrates distingue entre quienes conocen las Formas únicas que tienen el ser, y quienes tienen opiniones (476d). Quienes tienen opiniones no saben, ya que los objetos de opinión son advenedizas y cambiantes apariencias, mientras que el conocimiento implica objetos estables (476e-477e).

Libro VI

Sócrates continúa explicando por qué los filósofos deberían gobernar la ciudad. Deben hacerlo porque están en mejores condiciones para conocer la verdad y porque tienen los conocimientos prácticos pertinentes para gobernar. Las habilidades y virtudes naturales del filósofo demuestran que tiene lo necesario para gobernar bien: busca el ser más que el devenir (485a-b), odia la falsedad (485c), es moderado (485d-e), es valiente (486a-b), aprenden rápido (486c), tienen buena memoria (486c-d), les gusta lo proporcionado y la verdad es de ese modo, y tienen un carácter agradable (486d-487a).

Adimanto objeta que los filósofos reales son personas extravagantes, malas o, en el mejor de los casos, inútiles (487a-d). Sócrates responde con la analogía del barco estatal para mostrar que se acusa falsamente de inutilidad a los filósofos (487e-489a). Como un médico no suplica a los pacientes para que le permitan curarlos, el filósofo no debería suplicar a la gente que lo dejen gobernar (489b-c). A la acusación de que los filósofos son malos, Sócrates responde que aquellos innatamente aptos para la filosofía y de una naturaleza excepcional, a menudo se corrompen por la mala educación y se vuelven extraordinariamente malos (491b-e). Por tanto, alguien sólo puede ser filósofo, en el verdadero sentido, si recibe la educación adecuada. Después de una discusión sobre
los sofistas como malos maestros (492a-493c), Sócrates advierte contra varias personas que afirman falsamente ser filósofos (495b-c). Dado que los regímenes políticos actuales conducen a la corrupción o la destrucción del filósofo, debe evitar la política y llevar una vida privada tranquila (496c-d).

Luego, Sócrates aborda la cuestión de cómo la filosofía puede llegar a desempeñar un papel importante en las ciudades existentes (497e). Aquellos con naturaleza filosófica necesitan practicar la filosofía toda su vida, especialmente cuando son mayores (498a-c). La única forma de asegurarse de que la filosofía se aprecie adecuadamente, y no se enfrente a la hostilidad, es limpiar una ciudad existente y comenzar de nuevo (501a). Sócrates concluye que la ciudad justa y las medidas propuestas son a la vez lo mejor, y no existe objeción que muestre su imposibilidad (502c).

Sócrates procede a discutir la educación de los reyes filósofos (502c-d). Lo más importante que deben estudiar es la Forma del Bien (505a). Sócrates considera varios candidatos para lo que es el Bien, como el placer y el conocimiento, y los rechaza (505b-d). Señala que elegimos todo con miras al bien (505e). Sócrates intenta explicar qué es la Forma del Bien a través de la analogía del sol (507c-509d). Así como el sol ilumina los objetos para que el ojo pueda verlos, la Forma del Bien hace que los objetos de conocimiento sean cognoscibles para el alma humana. Así como el sol proporciona a las cosas su capacidad de ser, de crecer y de nutrirse, la Forma del Bien proporciona a los objetos de conocimiento su ser, aunque ella misma sea superior al ser (509b).

Sócrates ofrece la analogía de la línea dividida para explicar la Forma del Bien aún más (509d-511d). Divide una línea en dos secciones desiguales una vez y luego en dos secciones desiguales nuevamente. Las dos partes inferiores representan el reino visible y las dos partes superiores el reino inteligible. En la primera de las cuatro secciones de la línea, Sócrates coloca imágenes/sombras, en la segunda sección los objetos visibles, en la tercera sección las verdades a las que se llegó a través de hipótesis como lo hacen los matemáticos, y en la última sección las Formas mismas. En correspondencia con cada uno de ellos, existe una capacidad del alma humana: imaginación, creencia, pensamiento e intelección. La línea también representa grados de claridad, opacidad, ya que las secciones más bajas son más opacas y las secciones más altas más claras. Y también grados de realidad. Lo más bajo es menos real.

Libro VII

Sócrates continúa su discusión sobre el filósofo y las Formas con una tercera analogía: la analogía de la caverna (514a-517c). Representa la educación del filósofo desde la ignorancia hasta el conocimiento de las Formas. La verdadera educación es el cambio del alma de las sombras y los objetos visibles a la verdadera comprensión de las Formas (518c-d). Los filósofos que logren este entendimiento se mostrarán reacios a hacer otra cosa que no sea contemplar las Formas, pero deben ser obligados a regresar a la cueva (la ciudad) y gobernarla.

Sócrates procede a delinear la estructura de la educación de los reyes filósofos para que puedan llegar a comprender las Formas (521d). Aquellos que eventualmente se conviertan en reyes filósofos inicialmente serán educados, como los otros guardianes, en poesía, música y educación física (521d-e). Luego en matemáticas: aritmética y números (522c), geometría plana (526c) y geometría sólida (528b). A continuación, estudiarán astronomía (528e) y armónicos (530d). Luego estudiarán la dialéctica que les llevará a comprender las Formas, y la Forma del Bien (532a). Sócrates da una explicación parcial de la naturaleza de la dialéctica y deja a Glaucón sin una explicación clara de su naturaleza o cómo puede conducir a la comprensión (532a-535a). Luego, discuten quién recibirá este curso de educación y cuánto tiempo deben estudiar estas materias (535a-540b). Los que reciben este tipo de educación deben exhibir las habilidades naturales adecuadas para un filósofo discutidas antes. Después de la formación en dialéctica, el sistema educativo incluirá quince años de formación política práctica (539e-540c) que prepararán a los reyes filósofos para el gobierno de la ciudad. Sócrates concluye sugiriendo que la forma más fácil de crear la ciudad justa sería expulsar a todos los mayores de diez años de una ciudad ya existente
(540e-541b).
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Traducción, selección y adaptación de M. Paesani del artículo "Plato: Republic" de Antonis
Coumoundouros, en la Internet Encyclopedia of Philosophy.
https://iep.utm.edu/republic/

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