Platón 2025


Carpio V. Platón. [, AQUÍ]
Carpio V. Platón. [Sacando ripio (en edición), AQUÍ]
Carpio, Adolfo. Principios de Filosofía. PDF. (Y otros formatos...)



Adolfo P. Carpio
PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA
(Sacando ripio)

CAPÍTULO V
EL MUNDO DE LA IDEAS. PLATÓN

I. La obra de Platón y su influencia

Platón nació en Atenas en 429 ó 427, y murió en la misma ciudad en 348 ó 347 a.C. 
A los veinte años entró en contacto con Sócrates.
Hacia el año 385 estableció su escuela, la Academia, así llamada por encontrarse en un parque y gimnasio consagrado al héroe Academo.

Sus obras constan de unos veinticinco diálogos: Apología (o Defensa) de Sócrates, y trece cartas (algunas probablemente auténticas, como la Séptima, otras apócrifas). Diálogos : Laques, Ion, Protágoras, Eutifrón, Critón, Gorgias, Menón, Cratilo, Banquete, Fedón, República (quizás su obra maestra), Parménides, Teétetos, Fedro, Sofista, Timeo y Leyes.

2. Planteo del problema

Está persuadido de que el verdadero saber no puede referirse a lo que cambia, sino a algo permanente; no a lo múltiple, sino a lo uno.
Ese algo invariable y uno lo había encontrado Sócrates en los conceptos: lo universal y
uno, frente a la singularidad y multiplicidad de los casos particulares (cf. Cap. IV, § 5).
Pero Sócrates no se preocupó por aclarar convenientemente la naturaleza del concepto, su status ontológico; y limitó su examen a los conceptos morales -piedad, justicia, virtud, valentía, etc.-
Platón se propondrá completar estas dos lagunas: precisar, de un lado, el modo de ser de los conceptos -que llamará "Formas"-, e investigar, de otro lado, todo su dominio: no sólo los éticos, sino también los matemáticos, los metafísicos, etc.

Hay un saber que lleva impropiamente este nombre, y es el que se alcanza por medio de
los sentidos, el llamado conocimiento sensible; en realidad, no debiéramos llamarlo
"conocimiento", sino meramente opinión (δοξα \dóxa\), porque es siempre vacilante,
confuso, contradictorio: el remo fuera del agua nos parece recto, hundido en ella se nos muestra quebrado (cf. Cap. I, § 6). Porque su objeto mismo es vacilante y contradictorio, se encuentra en continuo devenir, según enseñó Heráclito (cf. Cap. II, § 2), a quien en este sentido sigue Platón.
Si nuestro saber se edificase sobre las cosas sensibles, la consecuencia entonces sería el relativismo, consecuencia que justamente sacó Protágoras: "el hombre es la medida de todas las cosas" (cf. Cap. IV, § 2).

El verdadero conocimiento no deberá ser vacilante y contradictorio, como el que la percepción suministra, sino constante, riguroso y permanente, como cuando, por ejemplo, se afirma que "2 más 2 es igual a 4": porque esto no es verdad meramente ahora o en una cierta relación, sino siempre y absolutamente.
La ciencia, pues, el verdadero conocimiento, habrá de referirse a lo que realmente ES (según había sostenido Parménides respecto del ente, cf. Cap. II, § 4, y Sócrates respecto de los conceptos). 
Frente al cambio y a lo relativo, tras de lo cambiante y aparente, Platón busca lo inmutable y absoluto, lo verdaderamente real.


3. El modo de ser de lo sensible, y el de las ideas. Los dos mundos.

Como lo permanente e inmutable no se encuentra en el mundo de lo sensible, Platón postula otro mundo, el mundo de las "ideas" o mundo inteligible. [Formas!]

La palabra "idea" (en griego ειδος [éidos], ιδεα [idéa]) proviene del verbo εοδω
(eido), que significa "ver"; literalmente, "idea" sería lo "visto", el "aspecto" que algo ofrece a la mirada, la "figura" de algo, su "semblante", por ejemplo, el aspecto o figura que presenta esto que está aquí, esta silla. El "aspecto" intelectual o conceptual con que algo se presenta; por ejemplo, el aspecto, no de ser cómoda o incómoda, roja o verde, sino el aspecto de ser "silla" -lo cual, es preciso observarlo bien, no es nada que se vea con los ojos del cuerpo, ni con ningún otro sentido (no hay, en efecto, ninguna sensación de "silla", sino sólo de color, o sabor, o sonido, etc.), sino solamente con la inteligencia: por eso se dice que se trata del aspecto "inteligible".
(Conviene prescindir de todo lo que sugiere corrientemente la palabra "idea" en el lenguaje actual, que nos hace pensar en algo psíquico, mientras que para Platón las ideas son algo real). [Mejor hablar de Formas.]

Para la diferencia entre Formas y cosas sensibles conviene hacer referencia a un pasaje del Fedón [74 a - 75 a, 78 c - 79 a; y también, República 479 a - b, 523 c - 524 d.]. Allí Platón establece la diferencia entre las cosas iguales, de una parte, y la idea de lo igual (lo igual en sí o la igualdad misma), de la otra.
[Ejemplo de los leños iguales, y de el concepto de triángulo con respecto a cualquiera de sus aproximaciones en dibujo.]

Formas y cosas sensibles son modos distintos de ser, y requieren, también, distintos modos de conocer: las Formas se conocen por la inteligencia, y las cosas sensibles por los sentidos.
Hay entre ambos una relación, que Platón dice es una relación de semejanza o copia
o imitación; relación que, al ver las cosas iguales, nos permite pensar en la igualdad, a la manera como, al ver el retrato de un amigo, nos acordamos del amigo, justamente porque hay similitud entre el retrato y él. Del mismo modo, las cosas bellas se asemejan a la belleza, las cosas buenas al bien, las cosas justas a la justicia, etc.

Para que al ver el retrato de Pedro yo me acuerde de Pedro o reconozca que es
retrato de Pedro, es preciso que antes haya conocido a Pedro.
Del mismo modo, si al ver dos leños iguales reconocemos allí la igualdad, aunque la igualdad misma no la "vemos", esto supone que de alguna manera ya conocíamos la igualdad.
La igualdad, la belleza, la triangularidad son, respectivamente, el "modelo" que cada una de estas cosas "imita", y sólo su conocimiento "previo" permite reconocerlas como iguales, bellas o triangulares.
En este mundo sensible no se percibe la igualdad, la belleza ni la triangularidad (sino sólo se ven cosas singulares iguales, bellas, triangulares). Por lo tanto, el conocimiento de las ideas debe de ser adquirido "antes" de venir a este mundo.

Antes de nacer, el alma del hombre habitó el mundo de las ideas, donde las contempló y conoció.
Al venir a este mundo y a este cuerpo, atraviesa un río, el Leteo, el río del Olvido, y ese saber suyo de las ideas se olvida, si bien queda latente, de manera que ahora, con ocasión de las cosas sensibles que ve, lo va recordando más o menos oscuramente: al ver leños iguales, "recordamos" la igualdad, al ver cosas bellas recordamos la Belleza, etc. "Aprender no es sino recordar" (Fedón 72 e; Menón 81 a ss; cf. Cap. IV, § 7).
No son propiamente "explicaciones", sino "mitos", es decir, "relatos".

[...con ocasión de las cosas sensibles que ve, lo va recordando más o menos oscuramente...]

4. El conocimiento a priori

Existe conocimiento independiente del conocimiento sensible, a priori (cf. Cap. IV, § 7). Es un hecho, no asunto de discusión. Se discute la forma de explicarlo.
Podría decirse que toda la filosofía gira en torno a esta cuestión.

A priori, independiente de la experiencia.
No que se lo haya obtenido sin experiencia ninguna.
Un conocimiento que la experiencia no puede jamás cambiar, ni fundamentar, porque lo que afirma vale con independencia de lo que la experiencia diga. 
Por ejemplo, la afirmación "dos más dos es igual a cuatro". Esto lo hemos aprendido, sin duda, con ayuda de la experiencia; por ejemplo, valiéndonos de un ábaco, o de los dedos de la mano; pero esa experiencia no ha sido más que una ayuda para pensar algo que no es nada empírico y jamás puede representarse empíricamente de modo adecuado, puesto que ni el "dos" ni el "cuatro" son cosas sensibles, y, en general, no lo es lo que la proposición enuncia.

Todo conocimiento empírico es particular y contingente, es decir, se limita a un número dado de casos, y siempre dice meramente que algo es así (si bien podría haber sido de otro modo).
Tendríamos que decir: "hasta donde se ha observado, dos más dos es igual a cuatro; pero quizá mañana, o en otro lugar, no suceda así".
Estamos siempre dispuestos a corregir los conocimientos empíricos, como hubo que corregir la afirmación "todos los cisnes son blancos" el día en que se encontró cisnes que no lo eran.

Tal corrección no cabe en '2+2=4', porque es una afirmación universal y necesaria: vale para todos los casos, y no puede ser de otra manera.

Precisamente por ser a priori, por ser necesaria, exige que la experiencia se amolde a ella.


5. Los dos mundos; doxa y episteme

Según Platón existen dos mundos o dos órdenes del ser: el mundo sensible, de un lado, el mundo de las ideas o mundo inteligible, del otro.
Y dos modos correspondientes de conocimiento, la doxa u opinión, y la epistéme (επιστημη) el conocimiento propiamente dicho o "ciencia".[4]

El mundo sensible no es pura nada, sino algo intermedio, imperfecto; una mezcla de ser y no-ser, y por eso todo allí es imperfecto y está sometido al devenir; y lo que tiene de" ser, lo tiene en la medida en que copia o imita -siempre imperfectamente- a las ideas.

Entre el ser pleno -las ideas- y el no-ser absoluto, se intercala el mundo del devenir, el de las cosas sensibles, que son y no son, que participan, copian, dependen de las ideas.

Las ideas son "trascendentes" respecto del mundo sensible.


6. Grados del ser y del conocer

República, 509 d - 511 e.
La línea: diagrama que representa las distintas zonas o grados del ser, desde la nada
hasta el ser en toda su plenitud, y, paralelamente, los grados del saber, desde la
ignorancia hasta el conocimiento absoluto.

                         ENTES     |  FACULTADES DE CONOCIMIENTO
   ****************************************************************************
                              Idea del Bien
                                  E|
                  Ideas morales    |  Inteligencia
    Mundo         y metafísicas   D|  (nóesis)                        Episteme
   Inteligible ------------------------------------------------------ (Ciencia)
                   Ideas           |  Entendimiento
                 Matemáticas      C|  (Diánoia)
   ****************************************************************************
                Cosas sensibles    |  Creencias
              (propiamente dichas) |  (Pístis)
   Mundo
   Sensible --------------------------------------------------------- Doxa
                  Imagenes         |  Imaginación                    (opinión)
                                  A|  (Eikasía)
  ****************************************************************************
                       no-ente          ignorancia absoluta

AC representa lo que Platón llama "visible", y también "opinable", el mundo del devenir o mundo de la opinión (dóxa). 
El único mundo que conocen los que Platón llama "propensos a la opinión" (filodóxos). 

CE representa el mundo inteligible, la verdadera realidad. Se lo conoce mediante la epistéme, "ciencia".

El segmento AB corresponde seres con muy poca 'entidad': como sombras, reflejos especulares, sueños que Platón relaciona a la eikasía, εικασια (imaginación o conjetura) . 
Si en estos casos tomásemos la sombra, la imagen o el sueño por la realidad, nos encontraríamos en eikasía. 

Ejemplo. El cine: sombras proyectadas sobre la pantalla, que, pueden hacernos reír o llorar como si se tratase de la vida real.

Ejemplo moral. La justicia ideal (DE) y sus encarnaciones históricas imperfectas (la encarnación implica necesariamente degradación). Estos intentos humanos de acercarse al ideal, y sus tergiversaciones (p. ej. el jurista corrupto), son meras sombras de la justicia verdadera.

Otro ejemplo. República X. Crítica de la teoría imitativa en artes plásticas.
La imagen pictórica es copia de copia. Degradación doble.
Copia (pintura) de copia (lo sensible que representa la pintura) de lo real (las Formas).

(Se cuenta de un pintor de la época, Zeuxis, que había representado en el cuadro unas uvas con tanta perfección, que los pájaros al verlas se pusieron a picotearlas tomándolas por uvas reales; los pájaros se encontraban en estado de eikasía).


Platón critica este tipo de arte imitativo en cuanto produce nociones erróneas. Por ejemplo, la literatura. Sostiene que frecuentemente se emplea el arte para producir
nociones ilusorias y estimular deseos que debieran ser reprimidos.
La propaganda en casi todas sus formas.
Platón consideró peligrosas la literatura y la retórica, el arte sofístico, en tanto arte capaz de velar las cosas como son, interponiendo imágenes falaces para deformar la realidad.

Lo anterior es solo un aspecto de la teoría platónica general del arte, su crítica al arte imitativo y los peligros de éste. En otros lugares de su obra se encuentra una versión más "positiva". 
República III. El arte está tomado en el buen sentido, con la función de presentar imágenes de la virtud, la justicia, el dominio de sí, etc., con el fin de que el espíritu aprenda a reconocerlas.
Platón subordina el arte a la moral.
Entre los griegos, además, el arte, la literatura, estaban vinculados a su vida de manera muy íntima. A falta de libro sagrado, como la Biblia, los poetas representaban para los griegos un papel parecido: educación, la función de código ético, y hasta la legislación podía fundarse en los poetas.

El segmento BC se refiere a las cosas sensibles: casas, caballos, montañas; se relaciona con la pístis (πιστις), "creencia".
En ética, la pístis consiste en creencias morales correctas acerca de lo que debe hacerse, pero que no están acompañadas de conocimiento (epistéme) y, en tal sentido, son "ciegas", [10] aunque suficientes para la acción.

El percatarse de la contradicción que afecta a todas las cosas sensibles, lleva a buscar el saber no aparente -o bien conduce al escepticismo o al relativismo, que es lo que Platón se propone evitar.
[...la contradicción que afecta a todas las cosas sensibles...]


8. El mundo inteligible

Con esto pasamos por encima de la horizontal trazada en C y penetramos en el mundo inteligible -que representa, la salida del prisionero en la alegoría de la caverna, del mundo de las apariencias hacia la zona del verdadero ser. (§14)
Es el paso a la enseñanza superior que Platón proyecta en la Republica (535 a - 541 b).

El segmento CD se refiere a las ideas matemáticas.
El modo típico de conocer estos entes, se llama diánoia, διανοια, (entendimiento).

La diánoia se vale de diagramas o dibujos de los entes a que se refiere, que son objetos del pensamiento puro; tales ilustraciones sirven, entonces, a modo de puente para pasar de lo sensible a lo inteligible.
Las matemáticas ofrecen un puente que lleva de lo sensible a lo inteligible. 
Son estudios introductorios a la "dialéctica" o filosofía, como preparación para el habito del pensar abstracto, sin ayuda de las cosas sensibles.

La diánoia esconocimiento hipotético, que parte de "hipótesis".
Significa, literalmente, "puesto [thesis] debajo [hypó]": "supuesto".
Diánoia se refiere a este tipo de pensar que va de algo que se da por supuesto a las conclusiones que de ello se desprenden. Admite un punto de partida del que no da razón.
Es ésta faena de la filosofía o "dialéctica", como la llama Platón.
Con lo cual se pasa al segmento DE.

En el conocimiento filosófico debe darse razón de cada idea hasta llegar a un principio que sea efectivamente autosuficiente, anhipotético.
El mundo de las ideas es un cosmos, una totalidad ordenada, donde las ideas están conectadas entre sí formando una estructura armónica, que culmina en la suprema Idea del Bien, de la que todo lo demás depende, siendo ella absolutamente independiente, principio incondicionado (ανυποθετος αρχη, anhypóthetos arjé).
O, como dice el Fedón (101 d, e), "algo suficiente" (τι ικανον, ti hikanón). 
Es un ideal que expresa, según Platón, la meta a que todo hombre aspira y a que todo conocimiento tiende.

El modo de conocimiento que Platón llama nóesis (νοησις), "inteligencia",se caracteriza en primer lugar por ser puramente intelectual, sin ningún elemento sensible. Es conocimiento de puras Formas.
En segundo lugar, es un conocimiento absoluto, no-hipotético.
Cada idea se ofrecerá dentro de una serie o escala, relacionada con las ideas superiores y con las inferiores, y de modo tal que la totalidad misma esté unificada por el principio supremo, que es la Idea del Bien.
De manera que conocimiento y ente son la contraparte el uno del otro, de tal modo que al ser más pleno corresponde el conocimiento más completo o perfecto: "lo absolutamente ente es absolutamente cognoscible" (República 477 a). "La unidad final en que se encuentran ambos, Conocimiento y Ente, es la Idea del Bien, que por lo tanto es la causa suprema y última del universo." [J. ADAM, The Republic of Plato (Cambridge, At the University Press (1902) 1965), II, p. 61.]


9. La dialéctica

El método de la nóesis es la dialéctica (término que también designa en Platón la
filosofía sin más).

Dialéctica significaba simplemente el diálogo, el discurso razonado, que tiene por meta dar razón de alguna idea, buscando el principio de que depende. 
En Sofista, es la técnica de "moverse", en el mundo de las Formas, determinando las relaciones entre unas y otras. Combinándolas y dividiéndolas según sus articulaciones naturales, tal como un buen trinchador hace con las presas.[Fedro 265 e]
Según que el orden seguido en la dialéctica resaltará el momento de la división (διαιρεσις [diáiresis]), o bien el de la combinación (συναγωγη) o sinopsis, la dialéctica descendente o la ascendente.

Del procedimiento de división hay ejemplo en el Sofista, que permite comprender la organización del mundo inteligible.
El diálogo se propone definir al sofista; pero como se reconoce la dificultad de la empresa, se resuelve comenzar con algo más fácil: definir la pesca con caña.[218 e - 221 c]


el esquema resultante puede representarse de la siguiente manera:


           Arte
Productivo  |         Adquisitivo
            | Intercambio |         Captura
                          | Inanimados |          Vivos
                                       | Terrestres |       Acuáticos
                                                    | Incruenta |      Cruenta
                                                                | Abajo   | Arriba
                                                                | arriba  | abajo


Es un árbol binario, en que se han desarrollado sólo una rama (la derecha) en cada nivel. Un árbol binario completo tiene el siguiente aspecto:

                     |
           ---------------------
           |                   |
     -------------       -------------
     |           |       |           |
   -----       -----   -----       -----
   |   |       |   |   |   |       |   |


Relaciones entre las ideas: se encuentran orgánicamente ordenadas, subordinadas las más particulares a las más generales, en una especie de pirámide, cuyo vértice está
ocupado por la Forma del Bien, que fundamenta todas las demás y les da sentido, y permite llegar al conocimiento perfecto.

Tal conocimiento es llegar a la Idea del Bien, principio absolutamente incondicionado (anhipotético). Por ello, la dialéctica propiamente dicha es ascendente, de lo sensible hacia las ideas, culminando en el Bien.
La dialéctica es el "viaje" desde el devenir (génesis, γενεσις) hacia el ser (ουσια [usía]), desde lo múltiple hacia la suprema unidad, de las apariencias hacia la verdadera realidad, hasta llegar a algo absolutamente firme superando las hipótesis o supuestos en que se apoya la diánoia. Se lee en la República:

...el método dialéctico es el único que, superando las hipótesis, se remonta hacia el
principio mismo para pisar allí terreno firme; y al ojo del alma, que está verdaderamente sumergido en un bárbaro lodazal [las cosas sensibles), lo atrae con suavidad y lo eleva hacia lo alto.[Rep 533 c-d.]

Tal "viaje" es el que realiza el amor (ερως [éros]) en tanto impulso o aspiración hacia lo ideal y lo perfecto a partir de lo parcial, deficiente e imperfecto, de lo que no se basta a sí mismo; porque el amor es justamente el deseo de remediar una carencia. El que ama, ama lo que no posee, desea aquello de que está falto,[25] y en definitiva desea lo perfecto y autosuficiente. De esta manera, el Banquete describe el ascenso del alma [26] desde el amor a un cuerpo bello hasta llegar a la belleza en sí (como un aspecto del Bien). Dice Platón:

He aquí, pues, el recto método de abordar las cuestiones eróticas o de ser conducido por otro: empezar por las cosas bellas de este mundo teniendo como fin esa belleza en cuestión [la idea de Belleza] y, valiéndose de ellas como de escalas, ir ascendiendo constantemente, yendo de un solo cuerpo a dos y de dos a todos los cuerpos bellos y de los cuerpos bellos a las bellas acciones y de las acciones a los bellos conocimientos, hasta terminar, partiendo de éstos, en ese conocimiento [...] que no es conocimiento de otra cosa sino de la belleza absoluta, y llegar a saber por último lo que es la belleza en sí. [211 b – c trad. Gil Fernández retocada]

10. La Idea del Bien

República (502 c - 509 c): por tratarse de la idea suprema, es muy difícil alcanzarla y hablar de ella tal como es en sí misma;[28] por ello propone, no tratar del Bien en sí mismo, sino comparándolo con el sol. 
Para ver algo no basta con el ojo y la cosa visible. Debe haber luz, como la del sol.

No basta solo con el "ojo" del alma y las cosas inteligibles o ideas, sino que es preciso además un principio.
El Bien otorga inteligibilidad a las ideas. Es fundamento gnoseológico.

Pero además el sol, con su luz y calor, les presta vida a las cosas de este mundo, las hace ser; de modo semejante, el Bien hace ser a las ideas. Es fundamento ontológico.

Y en cuanto que es origen o principio del ser, el Bien está más allá del ser mismo (de ahí, sin duda, la dificultad para hablar de él, según señala Platón al comienzo del pasaje). Dice entonces:

A las cosas cognoscibles [o inteligibles; se refiere a las Formas] no sólo les adviene
por obra del Bien su cognoscibilidad, sino además se les añaden, por obra también de
aquél, la realidad y el ser; pero el Bien mismo no es ser, sino que todavía está más allá del ser por su dignidad y poder.[29]

La Forma del Bien, en una palabra, constituye lo absoluto (anhypótheton).[30]

Forma del 'Bien' ιδεα του αγαθου (idea toü agathoü)
"Bien" y "bueno" tienen para nosotros sentido predominantemente moral. Los términos griegos correspondientes poseían sentido más amplio y en parte diferente.
Lo "bueno" es lo que "cumple bien" su función. [Lo que hace posible ser y conocer, es el Bien.]

Hay otro significado. Se dice que algo es "bueno" cuando es útil "para..." Se piensa en un fin u objetivo (el τελος [télos] griego) hacia lo cual algo tiende. 
En tanto idea suprema, el Bien es el fin último, aquello hacia lo cual todo se dirige, la meta suprema. Resulta, entonces, también fundamento teleológico, además de ontológico y gnoseológico.

F.M. Cornford resume el pasaje citado de Platón acerca de la Idea del Bien diciendo:
"Ésta es la suprema Forma [Idea] o Esencia que se manifiesta, no sólo en las especies
particulares de bondad moral -como la justicia, la valentía, etc.-, sino a través de toda la naturaleza (porque toda criatura viviente tiene su propio "bien"), y especialmente en el orden hermoso y armonioso de los cuerpos celestes (592 b). El conocimiento del Bien, del que depende la felicidad, tiene que incluir la comprensión del orden moral y físico del universo entero. Como objeto de un propósito atribuido a una Razón divina operante en el mundo, este Bien supremo hace inteligible al mundo, tal como una obra de la industria humana se vuelve inteligible cuando percibimos el propósito para el que se la destinó. 
La Idea del Bien se manifiesta a través de toda la naturaleza: según Platón, y, en general, según la concepción griega- todo ente tiene como una dirección, algo hacia lo que se orienta o aspira, su propio "fin" (télos), que, en definitiva, es el Bien.

La totalidad de la realidad, y en especial, en este caso, el mundo sensible, resulta comparable a una obra del hombre, por ejemplo una máquina; porque a ésta la comprendemos cuando nos damos cuenta del fin para el que ha sido hecha (el reloj, v. gr., para saber la hora); o mejor como una obra de arte, que "comprendemos" cuando penetramos el sentido que el artista ha querido imprimirle.
Así en uno de sus últimos diálogos, en el Timeo, Platón considera el mundo sensible como una especie de obra de arte, hecha por un artista o artesano (demiurgo) divino, artífice que lo ha hecho tomando por modelo a las ideas, y, por tanto, a la Idea del Bien, superior a todas las otras.[33]

11. La relación entre los dos mundos

Comentarios

Entradas populares de este blog

La invención de la Filosofía I

Sócrates y otras cuestiones